Una tarea imprescindible y urgente es dominar esta nueva tecnología, sin temor, para poder aprovecharla.

Por Departamento de Comunicaciones de Coimpresores Bogotá

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza y ha revolucionado las formas como los sectores operan. El diseño gráfico no es la excepción y experimenta un impacto significativo en la integración de la IA, con la cual se redefine la creatividad y se automatizan las tareas en la generación de contenidos. 

Para ahondar un poco más en este tema de constante evolución, Registro entrevistó al diseñador mexicano Rafael Hidalgo y Terán, especialista de Adobe en Latinoamérica. Con él analizamos las innovaciones de la IA en las herramientas de diseño y la responsabilidad ética al usarlas.

¿Cuál es el mayor mito de la inteligencia artificial?

RH: Que la IA nos va a quitar el trabajo. Sé que existe mucho temor, sin embargo, la inteligencia artificial no vino a quitar empleos a las personas, pero sí nos pueden desplazar quienes la usan. La IA es un algoritmo que necesita la orden de un humano, alguien tiene que decirle qué hacer, no es mágica. 

 ¿Cuáles son los aportes de la inteligencia artificial en el diseño gráfico?

RH: La IA es una herramienta que nos ayuda a realizar el trabajo de diseño más rápido. Lo que se busca con las nuevas actualizaciones es que todos los de la industria creativa tengamos más tiempo para la idea que para la ejecución. Hoy en día estamos bombardeados de contenido e información por todos lados, se tiene que crear muchísimo contenido, como revistas, publicaciones para redes sociales, a lo mejor hacer videos, y no nos da la vida para hacer todos estos tipos de formatos; ahí es donde la IA nos ayuda.  

Antes, una persona tenía que hacer una, dos o cinco propuestas con una misma idea. Ahora, se puede hacer un boceto y apoyarse con inteligencia artificial para crear más versiones de diseño. Todas esas opciones se pueden generar de manera muy rápida. Y cuando digo muy rápida, es diez veces más rápido que de forma tradicional. 

 En los procesos de prototipado de cómo se va a ver un producto, también se puede ahorrar muchísimo tiempo. En Illustrator se puede subir una foto de una caja sin nada y el arte vectorial se puede mapear en la perspectiva de cómo se verá en una caja, con solo un clic. Antes habría tenido que usar un Photoshop y probar cómo se vería en perspectiva. Esto lo estamos haciendo en veinte segundos, a lo mejor, en vez de en cinco minutos. 

En ilustración, imagine que tiene un arte finalizado, bien sea con inteligencia artificial o tradicional, y lo queremos en diez versiones porque vamos a imprimir pósters con el mismo arte, pero en diferentes colores; ahí en la inteligencia artificial se entra con los prompts de recolorización y le escribe variaciones de tonos, este color con este otro color o mezcla esto con esto, y ya generamos el mismo arte en cinco, seis, siete versiones, literalmente en tres minutos. 

En conclusión, el aporte es más tiempo creativo, menos tiempo operativo y lo que hace la IA es potenciar las habilidades o las capacidades de cada uno de nosotros, seamos diseñadores o seamos de marketing o seamos del área que sea, es potenciar nuestras habilidades.

¿Qué pasa con los derechos de autor en los contenidos generados con inteligencia artificial?

RH: En el caso de derechos de autor, cuando hablamos de Adobe Firefly, nuestra herramienta más reciente de inteligencia artificial generativa, no viola ningún derecho de autor. ¿Por qué? Porque se centra en su propio contenido, que llamamos Adobe Stock, un banco de recursos que incluye fotos, ilustraciones, etcétera. 

Hay gente que colabora con nosotros en Stock, creando ilustraciones, videos y fotografías. Si alguien llega a licenciar una imagen de Stock de cualquier artista colaborador, recibirá una compensación; por ejemplo, diez o quince centavos que aparecerán en su cuenta. Lo mismo pasa con el entrenamiento de Firefly. Si toma cosas con las que se entrena en un Stock, ese artista se va a ver recompensado. 

Eso es desde el lado de Adobe. Pero pasa como todo. Ahí la ética viene de cada persona. Si yo tomo una foto de alguna persona sin permiso, le cambio la playera que trae con un logo de una marca deportiva y genero otro diseño encima con inteligencia artificial, estoy incurriendo en una falta porque yo tomé una imagen que no me corresponde.  

También, si quiero una ilustración con estilo específico, le ordeno a la IA que tome una imagen de referencia y aplique ese estilo a lo que yo estoy solicitando en el prompt. Cuando uno le da por primera vez aceptar, la IA te dice “oye, ¿ese estilo es tuyo?”. Si respondo que sí, cuando en realidad no lo es, pues estaré incurriendo en una falta. 

Desde que Photoshop era Photoshop, a finales de los años ochenta, la gente decía “ya no vamos a saber qué es verdad o qué no es verdad”. Lo mismo pasa hoy en día, la gente está preocupada. Adobe se ha unido a una iniciativa que se llama Content Authenticity Initiative, un grupo que trabaja en conjunto para combatir la desinformación y agregar una capa de confianza verificable a todo tipo de contenido digital. Hay muchas empresas que están sumadas a esta iniciativa, incluso periódicos. Realmente no nos preocupamos porque la traza y toda la información que está utilizando Firefly sean seguras. De nuestro lado, está todo hecho. Nosotros, por nuestra cuenta, cuidamos a las personas.

 ¿Hay que publicar los créditos de las imágenes creadas por la inteligencia artificial?

RH: Si son imágenes que se van utilizar para fines editoriales, sí, como cuando das crédito a imágenes de stock: fotografía de tal plataforma. Si es para uso comercial, no es necesario mencionar “imagen generada con inteligencia artificial”. Les voy a ilustrar un ejemplo para imágenes comerciales. 

Voy a Adobe Firefly y en el prompt le voy a decir que quiero unos churros, como los de comida, flotando en el aire, con salsa de chocolate y fondo blanco. [La IA] me muestra cuatro opciones. 

A todos los amigos de la industria gráfica, les cuento que tenemos dos caminos: podemos seguir el camino tradicional, ir al estudio a tomar las fotos y pasar, quizás, un par de horas entretenidos haciendo el diseño. O aprovechar el poder de la inteligencia artificial como aliada y hacerlo en minutos.  

Esta imagen se ha generado con un concepto y un boceto propios, creando algo más personal y no tan genérico. La responsabilidad ética depende de uno.

¿Cómo se protege esta imagen?

RH: Esa imagen ya contiene abajo toda la información de que yo la hice, cuándo la hice, cómo la hice y todo. Si alguien la quiere piratear, usar de mala gana, pues lo puede hacer y yo puedo comprobar con el Content Authenticity, mostrar cómo la creé, las credenciales. No como se suele hacer ahora, que es mostrando el original.

Alguien puede tomar esa imagen y ahí se ve la traza, o si alguien hace un pantallazo o hace copy y pega en un nuevo documento y ya borra la traza, pero es como la gente que piratea campañas y cosas de Google; es más de cuestiones éticas, a que yo pueda proteger la parte de copiado y reimpresión. Eso no lo puedo lograr, pero sí, en mi imagen original, embeber toda la traza de cuándo se hizo, cómo se hizo y con qué se hizo. 

Todas las herramientas pueden utilizarse para el bien o para el mal, pero yo creo que el 90% de las personas está utilizando todo esto para bien. También existen los que las utilizan de forma negativa y es muy triste que pase.

 ¿Qué mensaje de conclusión envía a los empresarios y diseñadores del sector gráfico sobre el uso de la IA en las herramientas de diseño?

RH: Es importante que los empresarios y trabajadores se den el tiempo para aprender, actualizarse. Deberían fijar metas para los diseñadores o colaboradores, que se den, no sé, dos horas a la semana para aprender alguno nuevo. Creo que esto los va a potenciar mucho más que si el diseñador pasa dos horas frente a la computadora diseñando. Está padre saber lo nuevo, qué se viene y aprovecharlo para mejorar en el trabajo.

Es abrirse no solo a la tecnología, sino a todos los cambios que pueden traer beneficios. Entonces, no importa si son medianas o grandes o hipergrandes empresas, hay que cambiar un poquito de mentalidad para salir adelante y [que] no se los lleve el tren como [a] Blockbuster o Kodak, entre otras. […] Pueden tener todo a su alcance y no aprovecharlo, que es lo que está pasando.